He ido ya varias veces a La Rochelle, casi siempre de paso para visitar otras zonas de Francia más al norte, como Nantes, Bretaña o Normandía, y siempre me ha parecido una ciudad preciosa, con esa bonita bahía, el puerto, las calles peatonales y la isla de Ré enfrente.
En este viaje en Marzo de 2024 nos alojamos en el Hôtel du Château, en las afueras de la ciudad, que es un edificio señorial con un enorme terreno ajardinado al que podíamos acceder directamente desde nuestra habitación. Llegábamos al centro aparcando en el subterráneo que hay en el mismo puerto, y desde allí se puede llegar andando a prácticamente todos los puntos de interés de La Rochelle.
Lo más interesante de La Rochelle está alrededor del puerto, y nosotros lo que hicimos fue recorrer el puerto viejo, ir hasta el Port de Plaisance, que es el puerto nuevo donde están las embarcaciones de recreo, y a la vuelta tomamos un “bateau” que nos cruzó la bahía hasta el lado norte del puerto, donde está la Tour de la Chaîne y la Tour de la Lanterne. Luego recorrimos esa zona del puerto y nos adentramos en el centro peatonal por la Rue des Merciers vimos entre otras cosas la bonita torre llamada Grosse Horloge. Con buen tiempo, pasear por La Rochelle y sentarse en sus terrazas es una delicia.
Comimos en el restaurante Iséo, al lado del puerto. No estaba mal, comida francesa e internacional bastante estándar.
Al día siguiente nos fuimos en coche a la Isla de Ré. Esta isla es un clásico lugar de veraneo chic para gente con presupuesto. La isla está muy bien conservada, creo que no tiene ni un solo edificio moderno, todo está reconstruido sobre los originales. La entrada en coche está restringida. Nosotros pudimos entrar ya que fuimos fuera de temporada. Nos recorrimos toda la isla, parando a pasear por Saint-Martin de Ré y en varios de los bonitos faros y playas salvajes que hay en la isla.
Nos vamos de la Isla de Ré y continuamos nuestro viaje en dirección a la Gironde: Burdeos y Saint Émilion.