Becerril de Campos es un pueblo de la provincia de Palencia, que se encuentra al este de la capital. Fuertemente castigado por la despoblación rural, hasta el punto de que ha bajado su población desde más de 3.000 habitantes hasta lo actuales 761 (ver Wikipedia).
Cuando yo era niño, Becerril tenía cierta fama porque era el pueblo natal de la figura del atletismo español de los años 60: Mariano Haro. Yo solía venir con mis padres desde Valladolid porque mis padres tenían un amigo en el pueblo que era muy amigo suyo, y Mariano por supuesto era la celebridad local.
Becerril es un bonito pueblo castellano en el corazón de Tierra de Campos, que conoció épocas mejores cuando el trigo era uno de los productos estrella del comercio, y se producía en esta región en cantidad. A pesar de su pequeño tamaño, Becerril bien merece un viaje, porque además de ser muy agradable de pasear, tiene dos interesantes atracciones de muy diverso cariz: la iglesia-museo de Santa María la Antigua, y el aula de astronomía que se ha instalado en la iglesia de San Pedro (ahora llamada San Pedro Cultural).
En las fechas de nuestra visita (Noviembre de 2024) la iglesia de Santa María estaba en obras, pero sin embargo seguía abierta al público, así que pudimos disfrutar de su interesante patrimonio, fundamentalmente las esculturas de Alejo de Vahía y las pinturas de Pedro Berruguete, padre del escultor Alonso Berruguete. Todas las obras están muy cuidadas y bien conservadas, y son de una calidad magnífica. La mayoría son originales de otras iglesias, pero se han concentrado aquí para su cuidado y conservación, y se suelen exhibir también en las exposiciones temporales de Las Edades del Hombre. Igualmente interesante y muy divertido es el artesonado, una joya del arte mudéjar, con múltiples caras de animales y personas con diferentes expresiones, del que se desconoce el autor, probablemente talleres locales y/o autores itinerantes.
Uno no se espera encontrar en un pequeño pueblo como Becerril de Campos algo como el aula de astronomía San Pedro Cultural, creada sobre las ruinas rehabilitadas de la antigua iglesia de San Pedro, y la sorpresa al entrar en la gran nave es notable. En el ábside hay un péndulo de Foucault, que se ilustra con unos palitos de madera que la bola tira según se va desplazando radialmente. En diagonal sobre la nave está marcado un meridiano terrestre, y sobre la pared hay un curioso dibujo en forma de 8 que señala la trayectoria que sigue un punto de luz a lo largo del año marcando la misma hora cada día. El techo de la antigua iglesia simula la bóveda celeste, que combinado con los arcos de la cúpula y las decoraciones planetarias crean un ambiente mágico. Hay también una exposición de instrumentos de astronomía. Todo el complejo es tremendamente fotogénico, te hartarás de hacer fotos. Además, en el pueblo hay una representación del sistema solar a escala, con puntos que son los planetas, distribuidos por las calles del pueblo a una distancia proporcional del sol, que se encuentra en la propia aula.
Nosotros al terminar la visita nos fuimos a una tienda/granja que hay en Villamartín de Campos, a unos 13 Km, llamada Selectos de Castilla, que ya conocíamos y donde nos gusta comprar productos de los patos y ocas que tienen en la granja, como foie en diversas preparaciones, magrets, confits, etc. Los dueños son un encanto y te dan todas las explicaciones de cómo cuidan a los animales y preparan las especialidades.





