El taxi nos lleva por la autopista desde el aeropuerto de Medellín hasta la ciudad y al salir de un túnel que perfora la montaña te encuentras a la derecha con un paisaje que parece sacado de una película distópica: un enorme valle entero cubierto de casas, la mayoría de ellas infraviviendas que se desparraman trepando por las laderas de las montañas hacia arriba en todas las direcciones a las que abarca la vista.
La historia de Medellín es flipante, en buena parte ligada a la de sus barrios de chabolas y la puedes conocer recorriendo sus calles. Olvídate del Cártel de Medellín, Pablo Escobar y de otros estereotipos. Aunque la violencia no ha desaparecido del todo y todavía hay que seguir algunas reglas básicas de seguridad, Medellín salió de la lista de ciudades más peligrosas hace mucho, y de hecho es un ejemplo de transformación, integración y desarrollo.
Muy pronto la historia completa de nuestro viaje a Medellín.