Sinopsis
Una intensa narración sobre asuntos que nos atañen a todos: sobre el ocultamiento, los hechos y las intenciones; sobre el actuar sin saber y la voluntad que casi nunca se cumple; sobre la negación de las personas que una vez quisimos y el olvido y la indecisión; sobre la despedida, y también sobre el engaño.
La hechizante primera frase de esta novela ya dice mucho, quizá demasiado: «Nadie piensa nunca que pueda ir a encontrarse con una muerta entre los brazos y que ya no verá más su rostro cuyo nombre recuerda».
Esto es lo que ocurre al narrador, Víctor Francés, guionista de televisión y «negro» o «escritor fantasma», encargado de redactar los discursos de la gente importante e ignorante. Recientemente divorciado, es invitado a cenar a su casa por Marta Téllez, mujer casada cuyo marido está de viaje y madre de un niño de dos años. Tras la cena galante, el hombre y la mujer pasan al dormitorio donde, «aún medio vestidos y medio desvestidos», ella empieza a sentirse mal hasta que agoniza y muere en una escena sobrecogedora.
Esa infidelidad no consumada se convierte así en una especie de «encantamiento», con problemas bien reales e inmediatos: qué hacer con el cadáver, avisar o no avisar, qué hacer respecto al marido, qué hacer con el niño dormido, qué diferencia hay entre la vida y la muerte.
Comentario
Lo que más me gusta de una novela es la historia. Normalmente me canso de los libros que manosean e inflan una historia llenándola de morralla y terminan haciendo un libro de 500 páginas cuando podría estar mucho mejor en 200 (en Zona Boomer ya hemos hablado de alguna). Pero con Javier Marías es diferente. De hecho la historia de Mañana en la batalla piensa en mí podría contarse en unas pocas hojas. Pero la historia es tan buena, la estira de una manera tan elegante, adornándola de pensamientos y reflexiones tan originales, y el suspense que mantiene te engancha tanto, que no solo se le perdona todo lo que quiera decir sino que se disfruta.
Por todo esto es la tercera vez que leo este libro, y por todo esto Javier Marías es uno de mis escritores favoritos.
A media que va desentrañando este thriller madrileño alrededor de un cuarentón separado cuya amante fallece en sus brazos con su hijo pequeño en la habitación de al lado, Javier Marías aprovecha para describirnos a la burguesía local: vemos en los personajes los tipos que recordamos en las calles del barrio de Salamanca y en la televisión en los años 90. Y también nos recuerda nuestra historia reciente y remota.
Una gozada de libro que no puedes dejar de leer, como todos los de Javier Marías.