Sinopsis
Cobalto rojo es la primera y desgarradora revelación de la inmensa carga que la minería del cobalto supone para la población y el medio ambiente de la República Democrática del Congo, contada a través de los testimonios de los propios congoleños. El activista e investigador Siddharth Kara se ha adentrado en el territorio del cobalto para documentar los testimonios de las personas que viven, trabajan y mueren por el cobalto. Para desvelar la verdad sobre las brutales prácticas mineras, Kara investigó las zonas mineras controladas por las milicias, rastreó la cadena de suministro del cobalto extraído por niños, desde el pozo tóxico hasta los gigantes tecnológicos de cara al consumidor, y recogió testimonios estremecedores de personas que soportan un inmenso sufrimiento e incluso mueren extrayendo cobalto. El cobalto es un componente esencial de todas las baterías recargables de iones de litio que se fabrican hoy en día, las baterías que alimentan nuestros teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores portátiles y vehículos eléctricos. Aproximadamente el 75% del suministro mundial de cobalto se extrae en el Congo, a menudo por campesinos y niños en condiciones infrahumanas. Miles de millones de personas en el mundo no pueden desarrollar su vida cotidiana sin participar en una catástrofe medioambiental y de derechos humanos en el Congo. En este libro crudo y crucial, Kara sostiene que todos debemos preocuparnos por lo que está ocurriendo en el Congo, porque todos estamos implicados.
Comentario
Impresionante documento de investigación que relata todas las barbaridades que se hacen en el Congo para extraer y comercializar el cobalto necesario para las baterías recargables de teléfonos y coches eléctricos. Describe las diferencias entre la minería “industrial” (más regulada) y la “artesanal” (no regulada y donde trabajan la mayoría de niños y otras personas que no pueden entrar en la “industrial”) pero también la borrosa o inexistente línea que las separa en muchas ocasiones. Remueve nuestras conciencias como usuarios de los productos donde trabajan y mueren, sin protección ni horarios, personas necesitadas, incluyendo niños de 10 años o menos.
También me ha servido para saber porqué el liderazgo de las empresas chinas en coches eléctricos: las empresas occidentales no se pueden permitir, por regulación y por daño reputacional, actuar directamente en el Congo para extraer el mineral. De hecho la inmensa mayoría de las empresas que extraen cobalto son chinas asociadas con alguna empresa controlada por los políticos congoleños. Las únicas empresas occidentales con presencia en las minas son algunas que se dedican solo a la minería y las materias primas, como Glencore, cuya reputación no les importa demasiado ya que no venden al público en general.